Café de Kinema

Un “café del cine” es también un café para el cine. Desdeñando los automatismos de homenaje, las cartas encendidas y las citas enfáticas, este corto se dirige al corazón del cine sin declamarlo, como si una historia de imágenes confluyera grácilmente en ese café en el que parece conjurarse un universo. Los dos mejores países del mundo, Italia y Japón, se fusionan en una cafetería de Shinagawa gracias al leitmotiv de Nino Rota para La dolce vita, que en semejante contexto de altanería imperial japonesa suena a Joe Hisaishi (gran idea de relación de montaje nivel Histoire(s) du cinéma). La cámara de Sol Miraglia, alineada con la pureza de líneas del arte japonés –los planos están diseñados con tiralíneas–, repara en detalles casi imperceptibles de los parroquianos del lugar y de su integración en el espacio. Un clímax del humor lo-fi. Álvaro Arroba