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Ramón lleva casi treinta años postrado en una cama al cuidado de su familia. Su única ventana al mundo es la de su habitación, junto al mar por el que tanto viajó y donde sufrió el accidente que interrumpió su juventud. Desde entonces, su único deseo es terminar con su vida dignamente. La llegada de dos mujeres alterará su mundo: Julia, la abogada que quiere apoyar su lucha y Rosa, una vecina del pueblo que intentará convencerle de que vivir merece la pena. La luminosa personalidad de Ramón termina por cautivar a ambas, que tendrán que cuestionar como nunca antes los principios que rigen sus vidas. Él sabe que sólo la persona que de verdad le ame será la que le ayude a realizar ese último viaje.
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Trevor Reznik, un empleado de una fábrica, padece desde hace tiempo un grave problema de insomnio, un mal que él esconde y que le provoca serias alucinaciones. Trevor no duerme desde hace un año. La fatiga le ha comportado un horrible deterioro de su condición física y su salud mental. Repelidos por su aspecto físico, sus compañeros de trabajo primero le evitan, y después se volverán contra él cuando uno de ellos pierde un brazo en un incidente en el que Trevor se ve involucrado.
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Barcelona, 2002. Un ataúd es conducido al cementerio de Montjuïc. El muerto es Pep Grau (Álvarez-Novoa), un viejo pescador al que han encontrado ahogado y atado a su barca por un complicado nudo marinero. La voz en off de Pep Grau, describe con afecto y sentido del humor a los curiosos personajes que conoció en vida, los momentos difíciles de su infancia durante la Guerra Civil y, por último, nos presenta a Lola (Charo López), la mujer de su vida, que tiene un puesto de pescado en el Mercado de la Boquería y que, tras la muerte de Pep, empieza a recibir regalos anónimos. A Silvia (Goya Toledo), la ambiciosa abogada de la compañía de seguros, su jefe y amante Mario (Francesc Orella) le pide que investigue las extrañas circunstancias de la muerte del pescador.