One day, while reading a comic about a secretary who falls in love with her boss, she dreams that she goes to work as a typist at the Churubusco Studies laboratory, where her boss entrusts her with a very important job.
Rosy
Victor está tratando de reconstruir su vida emocional después de la muerte de su madre. Él tiene 37 años y como cualquier otro peluquero de la Ciudad de México, tiene una rutina fija: Lunes a sábado de 09 a.m. a 7 p.m. asiste a la peluquería. El viernes juega dominó con sus viejos amigos. El sábado ve cómo su equipo favorito de fútbol pierde y el domingo limpia la casa. Escucha música antigua romántica y ve películas clásicas mexicanas.
Camila
Natalia es la chica más lista de la escuela; todos recurren a ella de manera interesada. Cuando Camila se acerca con la intención de ser su amiga, Natalia piensa que es otra estudiante en busca de su propio beneficio.
Greenaway lleva a la pantalla grande parte de la vida de Sergei Eisenstein, concretamente el periodo en el que el mítico realizador soviético vivió en México y rodó, entre otros films, "¡Que viva México!". El director de “El Acorazado Potemkin” (1925) pasó más de un año, a partir de diciembre de 1930, en tierras aztecas para filmar su fascinación por el Día de Muertos y los ritos religiosos de la cultura popular mexicana. Sin embargo, la cinta quedó inconclusa, por lo que en 1979 Grigori Aleksandrov, a partir de los “storyboards” originales de Eisenstein, compiló “¡Que Viva México!, una aproximación al montaje que éste planeaba.
En un anodino piso de alquiler de Madrid, unos inquilinos descubren una misteriosa habitación más grande que el resto. Un lugar que parece haber sido abandonado y del que nadie conoce su existencia ¿Zulo?, ¿Habitación maldita? o ¿simple olvido de los constructores? Intrigados por el espacio, invitan a sus amigos a que lo visiten y den sus impresiones sobre cómo es vivir en un ambiente precario con un futuro que se presenta incierto.