Humberto
Victor está tratando de reconstruir su vida emocional después de la muerte de su madre. Él tiene 37 años y como cualquier otro peluquero de la Ciudad de México, tiene una rutina fija: Lunes a sábado de 09 a.m. a 7 p.m. asiste a la peluquería. El viernes juega dominó con sus viejos amigos. El sábado ve cómo su equipo favorito de fútbol pierde y el domingo limpia la casa. Escucha música antigua romántica y ve películas clásicas mexicanas.