«Desde el mismo comienzo de la Guerra civil, en julio de 1936, en muchos pueblos de la España republicana y en la gran mayoría del Alto Aragón, mujeres y hombres del campo colectivizaron la tierra y pusieron fin a la explotación del hombre por el hombre. Abolieron el dinero, implantando el intercambio de productos, articularon un reparto igualitario según las necesidades de cada uno, atendieron cuestiones sociales que hasta entonces habían sido olvidadas durante siglos…» (FILMAFFINITY)