Hugo, que alguna vez fue futbolista profesional, hoy sobrevive como taxista. Los años y los kilos se le vinieron encima. Pero la suerte parece cambiar a partir de que conoce a Silvia y su hijo Julián. El deseo y la necesidad de ser alguien lo impulsan a llevar a Julián a probarse en San Lorenzo, el club donde él jugaba. Después de tanto tiempo, esta parece ser su oportunidad.