Carmen González

Películas

Amanece, que no es poco
Niña
Teodoro, un ingeniero español que es profesor en la Universidad de Oklahoma, regresa a España para disfrutar de un año sabático. Al llegar, se entera de que su padre ha matado a su madre y, para compensarlo de la pérdida, le ha comprado una moto con sidecar para viajar juntos. Así es como llegan a un remoto pueblo de montaña que parece desierto; lo que ocurre es que todos los vecinos están en la iglesia, porque la misa es un auténtico espectáculo. Padre e hijo asisten a las elecciones que se celebran cada año para designar alcalde, cura, maestro y puta. Además, al pueblo ha llegado un grupo de estudiantes de una universidad norteamericana, unos meteorólogos belgas, un grupo de disidentes de los Coros del Ejército Ruso e incluso invasores camuflados de un pueblo cercano.
El elegido
Federico es cajero en una sucursal bancaria. Su vida es bastante aburrida, rutinaria, gris. Lo que no sabe es que todo eso está a punto de cambiar cuando un buen día cae sobre su coche un presunto suicida. Antes de que le dé tiempo a reaccionar aparecen unos hombres que recogen el cadáver y lo meten en el maletero de otro vehículo. Algo huele a chamusquina. Tiene toda la pinta de que el pobre Federico está en medio de algo muy gordo.