Él mismo
Héctor (Arlan Mugam) es un joven en el ocaso de sus “veintes” que sobrevive cargando muebles en la Ciudad de México y busca una salida para superar su adicción a la cocaína y poder reencontrarse con Natalia (Miranda Rinaldi) quien fue internada en un centro de rehabilitación por los mismos problemas, así como con Luisa, su hija, acogida por los padres de Natalia. Héctor encuentra en un rincón de su barrio, el sitio perfecto para olvidar los malos ratos en compañía de Yon (Hugo Iturbe) y sus demás amigos, escuchando rimas improvisadas que sirven de catarsis para ese históricamente abandonado sector del país, quienes cambiaron los golpes por batallas de crudeza, ingenio y agudeza al ritmo del Hip-Hop. La destreza de Héctor no está en la improvisación sino en la escritura, es así que tras escribir una canción y rapearla, se le presenta una oportunidad para incursionar en el mundo de las batallas de freestyle que promete cambiarle la vida.