Raquel Álvarez

Películas

El telo y la tele
La historia transcurre en un hotel transitorio en donde los huéspedes no saben que por todas partes instalaron cámaras de televisión y los videos que se registran terminan siendo de utilidad para un congreso internacional de sexología.
Custodio de señoras
Jorge, fotógrafo de un diario, es despedido a empujones cuando arruina una primicia sensacional. Urgido por las deudas, logra que su amigo Fernando lo presente en la agencia de detectives donde trabaja. Lo destinan a actividades subalternas, y al ingresar a un banco llega justo en el momento de un asalto, éste lo desbarata y domina a los asaltantes convirtiéndose en héroe de la noche a la mañana. A partir de ese momento él se cree un gran detective y en la agencia le asignan el caso de Mónica, una hermosa joven amenazada de muerte por un novio despechado.
Fotógrafo de señoras
Catrasca (Alberto Olmedo) es un reportero gráfico con una gran afición por las mujeres de todo tipo.
Los hombres sólo piensan en eso
Alberto y Jorge son dos típicos "chantas", que se dedican a engañar a las personas junto a otro amigo, apodado "Palomita". Un día "Palomita" se hace acreedor de un premio consistente en dólares y dos pasajes a Caracas,pero resulta que este se descompone y muere. Su último deseo comunicado a sus amigos Alberto y Jorge es que se encarguen del cuidado de su hermana. Al conocerla resulta ser una muy bella muchacha, con la que ambos se involucran. Luego junto con ella se meten en problemas con un grupo de delincuentes y deben abandonar el país, tomando un vuelo a Caracas, donde llegan haciéndose pasar por una vedette argentina y sus dos representantes.
Clínica con música
La doctora Bevilacua (Thelma Stefani) es la directora de una clínica en la que se tratan solo problemas relacionados con el sexo, y los clientes que acuden a buscar remedio a sus males son en consecuencia personas "especiales". Los clientes pronto deponen todas sus reservas cuando comprueban que, además de no haber un solo hombre en el personal, excepto el portero, la terapia que allí se aplica es realmente placentera. Entre otros, aparece un cliente que no siente atracción por las mujeres y quiere saber por qué (Carlos Perciavalle); otro que se cree Tarzán (Antonio Gasalla); uno obsesionado por las revistas pornográficas (Julio López); y otro (Norman Briski) que no puede intimar con su propia mujer.