Marcos
Carlos, ejecutivo de banca, comienza su rutinaria mañana llevando a sus hijos al colegio. Cuando arranca el coche, recibe una llamada anónima que le anuncia que tiene una bomba debajo de su asiento. La voz de un desconocido le comunica que tiene apenas unas horas para reunir una elevada cantidad de dinero; si no lo consigue, su coche volará por los aires.
Murillo
Abel Olaya (Paul Naschy), otrora admirado actor de género malvive con una penosa jubilación. Olvidado por público y crítica se ve obligado a realizar algunos trabajos aprovechando sus dotes adivinatorias que le otorgan su otra gran pasión: las ciencias ocultas. Junto a su viejo amigo Víctor (Antonio Mayans) dan largos paseos por la playa recordando tiempos mejores. En uno de estos paseos encuentran en la orilla del mar una mano humana seccionada a la altura del antebrazo y con un extraño símbolo tatuado en su muñeca.