Rodrigo Díaz de Vivar, mio Cid, está enamorado de Jimena pero el conde de Oviedo, su padre, le reta a un duelo y es muerto. Antes maldice a Rodrigo, que si se casa con Jimena perderá sus facultades de hombre. Y, en efecto, al casarse, Rodrigo se afemina. Urraca le secuestra y seduce, con lo que Rodrigo recupera sus fuerzas y se transforma en el "Cid Cabreador".
Los padres de Juana I de Castilla, los Reyes Isabel la Católica (Lola Flores) y Fernando el Católico (José Luis López Vázquez) sufren al ver que la heredera al trono, la princesa Isabel (Paloma Hurtado) se ha hecho republicana. Por ello, se esfuerzan por encontrarle un marido a Juana, pero ésta solo tiene ojos para un playboy guaperas dedicado al mundo de la canción que viene de Flandes: Felipe, el Hermoso (Jaime Morey). La película tiene constantes alusiones a la política y sociedad española de principios de los años 80.
Un descendiente de Alaric de Marnac ("El espanto vuelve de la tumba"), totémico personaje naschyano inspirado en el histórico Gilles de Rais, vuelve más sádico y cruel que nunca y también revive un antiguo amor.
La biografía de J.R. no tiene desperdicio. Iba para cura. Su vocación se truncó al recibir una importante herencia. Tras arruinarse volverá a heredar. Todo esto lo cuenta desde el hospital en el que ha sido ingresado después de ser tiroteado en sus partes pudendas. Su mayor deseo es salir de allí para localizar al autor del atentado. Vuelve a casa protegido por un peculiar guardaespaldas que impedirá la proximidad de cualquier mujer atractiva para J.R., en su convalecencia, no debe excitarse.
Peter, un agente encubierto, se infiltra en una banda de paracaidistas que se dedican al contrabando, pero resulta asesinado al "fallar" su paracaídas. Andrés, un joven mercenario y antiguo compañero de Peter, tras ser arrestado por la Policía, es persuadido por ésta para que se introduzca en la banda de contrabandistas.