Kevin
McCreedy, un anciano vigilante nocturno de un gran estudio de cine, advierte a Kevin, muchacho impulsivo, de que se mantenga alejado de cierto cuarto en el sótano. La curiosidad de Kevin le hace no atender este consejo e investiga el porqué. Penetra y se encuentra a los terribles Hobgoblins, criaturas traviesas que se mueven siguiendo impulsos de luz y que se apoderan de las fantasías de la gente. Sólo reviven de noche y, tras huir, han de ser capturados antes del amanecer o la ciudad correrá peligro. Kevin corre a buscar ayuda de sus amigos.