Monja
Roberto Hurtado, potentado azucarero del Valle del Cauca, padece una extraña enfermedad que lo obliga a permanentes transfusiones sanguíneas para sobrevivir. La sangre proviene de jóvenes cazados por el macabro grupo que integran Florencia, Perfecto y Ever, bajo la dirección de Adolfo, hijo del magnate enfermo. Las víctimas mueren desangradas, no sin antes verse sometidas a terribles vejaciones por parte de sus desalmados captores. El terror reina en la ciudad. Está película está dedicada a la memoria de Andrés Caicedo.