“14 d’abril. Macià contra Companys” es una ficción televisiva, camuflada bajo la apariencia de un documental, presuntamente grabado en 1932, pero con los métodos, el estilo y los medios propios del 2010. Gracias a esta licencia temporal, los protagonistas de uno de los episodios capitales de la Catalunya del siglo XX comentan los hechos, en primera persona, mientras una cámara fisgona nos ayuda a revivir lo que pasó en Barcelona entre el 14 y el 17 de abril de 1931, los tres días de vigencia de la República Catalana. Todo ello, con el objetivo de mostrar la grandeza y la precariedad de un gesto, medio improvisado, por parte de Companys, corregido en clave soberanista por Macià, y que derivó en una discusión a gritos.
A él le han seleccionado para el puesto de trabajo de su vida al otro lado del Atlántico. Ella viajará a con él a Estados Unidos para la entrevista. Las buenas noticias tardarán poco en diluirse. Las partículas a toda velocidad terminan chocando.
Diego
Félix es un arquitecto que siente cómo su equilibrio mental y emocional se resquebraja cuando su novia Vera lo abandona. Una noche, llama a su puerta un desconocido que quiere hacer una llamada telefónica, pero, en un momento de descuido, el individuo desaparece dentro de su casa sin dejar rastro alguno. A partir de ese instante, debido a ciertos fenómenos cada vez más angustiosos, Félix tiene la convicción de que el intruso vive en su casa y constituye una amenaza para su vida, lo que da lugar a una enloquecedora relación entre el protagonista y el espacio que lo rodea. Y de este modo, Félix llega a la conclusión de que el espacio tiene una entidad, un alma propia, y puede atrapar mortalmente a quienes lo desafían.
Miguel
En el cuarto oscuro de una discoteca gay de Barcelona, la cámara va siguiendo a cada uno de los hombres en una típica noche de sábado.