Historia de Martin de Porres, un humilde mulato peruano, hijo de una descendiente de africanos con un noble español. La vida de Martín es simple y peculiarmente orientada a la sencillez y la alegría. Desde pequeño demostró amor por Dios y su creación
El padre Murray llega a Valley City, un pueblo de Texas situado en la frontera mexicana, para poner un poco de freno a la inmoralidad reinante. Pero éste es de raza negra, lo que produce una cierta desilusión a los habitantes del lugar, pues hace muchos años ahorcaron a un negro acusado de robo y asesinato. Sin embargo, el culpable de todo fue Ray Terris, y actualmente está planeando otro golpe.
Tras presenciar el asesinato de su padre, el pequeño Mikoa huye de la plantación en la que trabaja como esclavo. Janson, amo de la plantación, y su hijita Laura, se lo encuentran perdido por la selva y deciden presentarle al Padre Braulio, un misionero que lo acoge como si fuera hijo suyo. El joven nativo es criado y educado en la misión, convirtiéndose en un buen hombre enamorado de su amiga de infancia, sin embargo, aún le queda mucho odio hacía la persona que mató a su padre, Charles, un cruel capataz blanco al que ahora se encuentra al servicio de unos negros revolucionarios.
Martín, hijo de un caballero español y de una mulata panameña, nace en Lima en 1579. Con su padre, ya gobernador de Guayaquil, y un futuro prometedor a su alcance, decide entrar en el convento de Santo Domingo. Allí se convierte en Fray Escoba, apodo que recibe por su obsesión de barrer y barrer sin descanso, mientras ríe feliz. Pasan los años y, con asombro, Martín descubre cómo Dios se vale de él para hacer milagros, mientras su fama y su labor apostólica se propagan por todo el país.