Pavel
Pavel no puede aguantar más: decide contarle a Vera que no puede vivir sin mirarla como lo hizo cuando la conoció en una boda reciente. Ella le confiesa que también lo miró, aunque no sabe por qué. Entre ellos ocurre entonces algo inesperado, algo que nunca antes habían conocido, algo que ni siquiera pueden entender. Vera vive con Valery, su marido, y con su hija pequeña Masha, en un pueblo remoto y ruinoso en las inmensas estepas a orillas del río Don.