La película muestra los últimos días de vida de la fotógrafa Gabriela Liffschitz, quien entró en coma al día siguiente de finalizar el rodaje y murió dos días después, el 13 de febrero de 2004, como consecuencia de un cáncer de mama. Liffschitz, quien sabía que se hallaba afectada por un cáncer de mama terminal proyecto la película junto con Enrique Piñeyro, suponiendo que le quedaban unos meses de vida.