Tras el lanzamiento de su nueva novela, la escritora de 35 años Kate Conklin (Gillian Jacobs) es invitada a hablar en su alma máter por su mentor y ex profesor (Jemaine Clement). Después de aceptar la invitación, Kate se encuentra profundamente atrapada en las vidas de un grupo excéntrico de estudiantes universitarios.
Charles Schine (Clive Owen), un ejecutivo casado, coge el metro-tranvía de todas las mañanas, en el que viaja una atractiva mujer, Lucinda Harris (Jennifer Aniston). Ese día él no tiene dinero para el billete, y ella se ofrece a pagárselo. A partir de este pequeño suceso, su cotidianeidad sufrirá un inesperado giro.
El protagonista (Nicolas Cage), un popular hombre del tiempo televisivo al que trasladan de Chicago a Nueva York, ve cómo su vida personal y familiar se desmorona
Gracias a tres años de terapia psicológica, y con la ayuda de su novia Alex, Charlie se ha convencido de que los vampiros no existen, y que su antiguo vecino no era más que un asesino en serie. Al edificio de Peter Vincent, quien continúa con su programa de televisión, se muda una sensual mujer. Charlie se siente cada día más atraído por ella, y descubre que es una vampiresa. Pese a advertírselo a su novia y a Peter, ninguno le cree. La pesadilla continúa…