La infancia de Lawrence Talbot se acabó bruscamente la noche que murió su madre. Se marchó de su pueblo, Blackmoor, y tardó décadas en recuperarse e intentar olvidar. Cuando Gwen Conliffe, la prometida de su hermano, le encuentra y le ruega que la ayude a buscar a su amor, que se encuentra desaparecido, Lawrence Talbot regresa a casa. Entonces se entera de que algo brutal, salvaje, con una sed insaciable de sangre ha matado a muchos campesinos. Empieza a encajar las piezas del sangriento rompecabezas y descubre que existe una antigua maldición que convierte a las víctimas en hombres lobo las noches de luna llena. Para acabar con la carnicería y proteger a la mujer de la que se ha enamorado, Lawrence Talbot debe destruir a la temible criatura que se esconde en los bosques cercanos a Blackmoor. Este hombre sencillo con un pasado doloroso sale en busca de la bestia y descubre que él también tiene un lado primitivo que ni siquiera podía imaginar.
El agente 007 investiga secretamente los planes de Zao, el hijo del pacifista coronel Moon del ejército de Corea del Norte. El MI6 sospecha que Zao pueda tener planes ambiciosos que pongan en peligro la estabilidad mundial y esas sospechas se confirman cuando 007 descubre que Zao planea, efectivamente, unificar los ejércitos de las dos Coreas, atacar Japón y posteriormente, enfrentarse a los Estados Unidos. Antes de que pueda escapar Bond es descubierto por Zao quien le apresa y tortura. En su camino se cruza Jinx y Miranda Frost, quienes jugarán papeles vitales en su última aventura.