Kirikú es un niño muy pequeño que sabe exactamente lo que quiere incluso, antes de su nacimiento. Es independiente, generoso y valiente, cualidades que necesitará emplear a fondo porque Kirikú ha nacido en un poblado africano sobre el que la terrible y hermosa bruja Karabá ha extendido un maleficio: no hay flores, ni agua, tienen que entregarle tributos y no quedan hombres, porque según creen los habitantes del poblado, se los ha comido la bruja.
Mossane, una joven adolescente de 14 años, es deseada por todos los hombres de su poblado, pero ella ama a Fara, un joven estudiante que no puede pagar su dote. Los padres de Mossane quieren que se case con el pudiente Diogaye, quien puede pagar las deudas y mantener a la familia.
A 53-year-old civil servant, who has been refused promotion, finds himself forced to resume studies with the help of his son in order to obtain the necessary diploma.
The theme of the rural exodus has inspired many African authors. In the past, by tradition, the young peasant went abroad temporarily to earn the money needed to settle in the village. Now, he leaves the countryside with no idea of returning, convinced that he will find all the means to make his fortune in these mirage cities. Issa, in turn, takes the road to the capital. Before leaving, Aminata slips a bronze bracelet on her arm as a token of loyalty and love. Then begins for Issa the inexorable chain of disillusions, bad luck, misunderstandings
Following a misunderstanding, a traveler is mistaken for an important official on an inspection tour. Nothing will be spared to coax him into turning a blind eye to the prevarications: embezzlement, exactions of all kinds practiced by the local notables.
Ibrahima recibe el aviso de que le ha sido enviado un giro desde Francia y que debe de cobrarlo; sin embargo, las reglas administrativas a propósito en absoluto son sencillas y lo que pudo parecer una simpleza se multiplica en los mil tentáculos de la burocracia post-colonial.
