Hubert Fiorentini es un inspector de policía con unos métodos un poco ortodoxos, pero con un tierno corazón, al que obligatoriamente le darán unas vacaciones forzadas, ya que acaba de pelearse con el hijo del jefe de policía. Dos días después recibe la llamada de un abogado desde Tokyo, informándole que Miko, la mujer de su vida, que había desaparecido hacía 20 años, había muerto. Y lo que le había dejado en el testamento, no era ni dinero, ni presentes, ni nada material; le había dejado a su propia hija, Yumi, una extravagante adolescente, adicta a ir de compras, y con doscientos millones de dólares en su cuenta.
Young art student Hideo paints an unnerving portrait of Tomie, who whispers that she loves him. Inexplicably, he reacts by stabbing her to death with a painting trowel. Two friends, Takumi and Shunichi, arrive on the scene and help him dispose of the body. To cheer him up, the boys take the unwitting murderer to the nearest bar for a party... but a mysterious girl named Tomie shows up, bearing a few odd physical resemblances to the dead girl in the ground.