Por momentos trágico y trascendente, la película de Akira Kurosawa sigue la vida cotidiana de un grupo de personas que apenas se arrastran en un barrio pobre en las afueras de Tokio. Sin embargo, por desesperadas que sean sus circunstancias, cada uno de ellos, el padre y el hijo sin hogar imaginando la casa de sus sueños; la joven maltratada por su tío; el niño que se imagina a sí mismo como conductor de un tranvía, encuentra razones para continuar. El inolvidable Dodes’ka-den se hizo en un momento tumultuoso en la vida de Kurosawa. Y todas sus esperanzas, miedos y pasión artística se muestran fervientemente en esta, su primera película en color gloriosamente filmada.
El joven doctor Yasuoto regresa a su pueblo después de estudiar en Nagasaki, pero, en cuanto llega, sufre una gran desilusión: en lugar de ser nombrado médico del shogun lo envían a una clínica que cuenta con muy pocos recursos y está dirigida por un médico apodado "Barbarroja".
En un momento crucial de su vida financiera, Gondo, un hombre de negocios, recibe la noticia de que su hijo ha sido secuestrado, y el rescate exigido es una cantidad de dinero similar a la que necesita para cerrar una importante negociación. Gondo está dispuesto a pagar el rescate hasta que comprende que los secuestradores se han equivocado y se han llevado al hijo del chófer. Ahora deberá decidir si el dinero es más importante que la vida del niño.
Kanji Watanabe es un viejo funcionario público que arrastra una vida monótona y gris; sin embargo, no es consciente del vacío de su existencia hasta que le diagnostican un cáncer incurable. Con la certeza de que el fin de sus días se acerca, surge en él la necesidad de buscarle un sentido a la vida. Y cuando lo consigue se produce un cambio radical en su actitud respecto a los demás.