Un chico que juega sin riesgos debe buscar al gato perdido de su esposa, y ponerlo cara a cara con el elemento colorido, alocado y, a veces, el más peligroso de su vecindario, lo que le obliga a enfrentar sus miedos y replantearse su M.O.
Porter Wren es un periodista dedicado a los tabloides, pues posee un apetito insaciable por el escándalo. En casa es un marido encantador y un padre ejemplar, pero cuando conoce a una seductora desconocida que lo invita a resolver un complicado asesinato, su rutina cambia por completo. De esta forma se ve envuelto en un desagradable caso de obsesión sexual y chantaje, que acaba poniendo en peligro su puesto de trabajo, su matrimonio y su vida.
Failed writer Ray Wyatt is ready to take his own life when a notorious serial murderer steals his latest movie script and begins publicizing it. Revived by the sudden deluge of celebrity, Ray starts tracking the killer to recover the manuscript.
Ozzie Cox es un agente de la CIA que está escribiendo sus memorias en un CD, pero su mujer se lo roba y va a parar a manos de los empleados de un gimnasio, que no son muy listos, pero que intentan chantajear a Cox. La CIA, naturalmente, interviene en el asunto, que se complica cuando el empleado del gimnasio (Pitt) se encuentra con el amante de la mujer de Cox. Basada en la novela "Burn Before Reading: Presidents, CIA Directors, and Secret Intelligence" del ex jefe de la CIA Stansfield Turner.
Ambientada en los años 60, un tranquilo maestro de escuela finge ser un agente secreto para satisfacer las exigencias de su mujer, que anhela una vida más excitante. Tras ayudar a un bailarín ruso de ballet a desertar, es enviado por la CIA a Cuba para localizar al "Agente X".
El fiscal de Nueva Orleans, Jim Garrison, reabrió el caso del asesinato del presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy y presentó cargos contra algunas personas. Después de entrevistar a numerosos testigos de Dallas y a personas relacionadas con los hechos, mantuvo la tesis de que el magnicidio fue fruto de una conspiración en la que podrían haber intervenido el FBI, la CIA y el propio vicepresidente Lindon B. Johnson.