Oriol Aubets

Películas

Te quiero, imbécil
Hombre calle
A Marcos (Quim Gutiérrez) le ha dejado su novia justo cuando iba a pedirle matrimonio, le han echado del trabajo y vuelve a vivir con sus padres. Su vida se ha convertido de repente en un desastre, de los grandes. Con semejante panorama Marcos está decidido a reinventarse y triunfar, pero no tiene ni idea de por dónde empezar. Por eso acude al lugar donde todo se encuentra: Internet. Mientras trata de aplicar los consejos de un youtuber, Marcos se cruzará con una antigua amiga del colegio, una nueva jefa, su exnovia, unos colegas muy intensos y un montón de dudas existenciales...
Próxima
Tony
Tony (Oriol Aubets) es un obsesionado con la ciencia-ficción y los videojuegos, es decir, un friki. El absoluto monotema en el que se ha convertido su vida hace que naufrague su relación de pareja con Natalia (Karen Owens) el videoclub especializado que regenta se vaya a pique y tenga una vida social, por llamarla de algún modo, dispersa. Durante una convención de ciencia-ficción el escritor Félix Cadecq (Manuel Solás) anuncia, ante la rechufla general, que un extraño personaje llamado El Mensajero (Anthony Blake) le ha revelado el fin de la civilización y el contacto con visitantes extraterrestres. Tony, sin embargo, le cree... y a partir de ese momento se desatan toda una serie de acontecimientos que ni él mismo hubiera sido capaz de soñar.
Hermanos Oligor
Himself
Los hermanos Oligor son dos jóvenes que se encerraron en un sótano durante tres años para crear un mundo de marionetas y artilugios mecánicos a través de objetos reciclados. Sin ninguna experiencia anterior entraron en un proceso de creación en el que dan vida a una pequeña y frágil historia de amor mezclando la realidad y la ficción. La obra se denomina "Las tribulaciones de Virginia", y el director les acompaña por Barcelona, Valencia y Berlín recogiendo opiniones del público y mostrando sus reacciones durante la representación. El documental da testimonio del proceso de creación: construir artilugios para contar y para contarse. El espectáculo que nos proponen los hermanos Oligor es más que un juego, es un juego de espejos en el que dar vida a los objetos, consiste en hilvanar historias.
¡Qué glande es el cine!
Cuco
El rodaje de una película pornográfica tiene una serie de complicaciones...