Todas las parejas se reencuentran para una boda en Las Vegas, pero los planes de un fin de semana romántico se tuercen cuando distintas casualidades los ponen en situaciones comprometedoras que amenazan con estropear el gran evento.
Los Estados Unidos siempre están bajo el punto de mira de los terroristas, y por eso en esta película vemos que un grupo de estos delincuentes se han unido para atacar el país desde dentro, con la intención de matar a miles de personas. El país no se va quedar de brazos cruzados mientras los terroristas masacran a su población, por lo que en tiempo récord monta una unidad de élite especializada en luchar contra el terrorismo. Esta unidad tiene licencia para hacer lo que sea necesario, lo que incluye neutralizar la amenaza, que es una forma delicada de decir que cuando localizan a los terroristas los matan sin contemplaciones. ¿Podrá esta unidad neutralizar la amenaza? Lo va a tener difícil, ya que los terroristas son fanáticos a los que ni su vida ni la del resto de personas les importa lo más mínimo. Por eso la lucha es bastante desigual, aunque por suerte para la unidad de élite la violencia no es un problema para ellos.
Harlan Banks (Seagal), un ladrón que quiere dejar el mundo del crimen, es contratado para conducir un camión hasta las Vegas. Durante el trabajo, su supervisor, Bruno, decide robar el furgón, implicándole casualmente como cómplice y matando al resto de compañeros. Tras ser perseguidos por la policía y sufrir un aparatoso accidente, Harlan es detenido sufriendo de amnesia. Harlan entonces deberá recomponer su pasado, encontrar el camión y buscar venganza... (FILMAFFINITY)