Un lugar misterioso, una prisión indescriptible, un agujero muy profundo. Un número desconocido de niveles. Dos reclusos viviendo en cada nivel. Una plataforma descendente que contiene alimentos para todos ellos. Una lucha inhumana por la supervivencia, pero también una oportunidad para ser solidario.
Marcos (Roberto Álamo), Sandra (Maggie Civantos) y su hija Lola (Claudia Placer) forman una familia vital y carismática. Marcos, bombero de profesión y acostumbrado a vivir situaciones límite, recibirá un duro golpe que hará que su vida de un giro inesperado. A partir de entonces, sufrirá un bloqueo que no le permitirá reconocer las emociones de los demás ni empatizar con ellos. Con la ayuda de los suyos, iniciará un tratamiento para superar este shock. En el camino para volver a sentir, su hija Lola será la clave para reconstruir de nuevo su universo.
Durante un Cotillón de Nochevieja, Nico (Javier Bódalo), un apocado veinteañero sin experiencia sexual, se encuentra dispuesto a perder la virginidad a toda costa esa misma noche. Entonces conoce a Medea (Miriam Martín), una atractiva y pícara mujer madura que le lleva a su apartamento. Es entonces cuando la noche se tuerce...y Nico se ve envuelto en una vorágine de sangre, sudor y flujos variados.