Akihiro, un cineasta japonés que vive en París, vuelve a Japón a entrevistar a supervivientes para un documental conmemorativo del 70 aniversario de la bomba atómica de Hiroshima. Profundamente conmovido por las entrevistas, decide tomarse un descanso, y deambulando por la ciudad, conoce a Michiko, una joven alegre y enigmática. Michiko se lo lleva en un improvisado y alegre recorrido desde la ciudad hacia el mar, donde los horrores del pasado se mezclan con la simplicidad del presente.
La familia de Shizu-hime (Hiroko Yakushimaru) es asesinada, pero ella escapa y es encontrada por el vagabundo Shinbei (Hiroyuki Sanada), antes de ser rescatada de sus perseguidores por Dosetsu (Sonny Chiba). Este le cuenta la historia sobre la maldición que acarrea su familia y la manera para vencerla: encontrar a los ocho guerreros-perro para poder destruir a la malvada reina Tamazusa (Mari Natsuki), responsable de la muerte de su familia. Sin embargo, al conocer la identidad de Shizu-hime, Shinbei intentará cobrar la recompensa por su captura.