Michael, un alto funcionario de prisiones, ha muerto apuñalado. Su hermano quiere conocer la verdad, pero no tarda en descubrir que las autoridades le están ocultando cosas.
Un famoso periodista televisivo es convecido por la CIA de que varios de sus mejores amigos, a los que ha invitado ese fin de semana a su casa, pueden ser agentes soviéticos. Aunque con reticiencias, el hombre se prestará entonces a colaborar con el servicio secreto americano para intentar desenmasacararlos.