Director
En 'Polonia: ¿Zona libre de LGTBI?', Jon Sistiaga realiza un viaje de inmersión a un país dividido en dos zonas: por un lado la urbanita y europeísta y por otro la rural y ultracatólica, todavía anclada en los traumas de la guerra y la posguerra. ¿Polonia, es un país homófobo o tiene un gobierno homófobo? ¿Cómo permite esta situación la Unión Europea? Para intentar dar respuesta a estas preguntas, Jon Sistiaga entrevista a Jan Alninak, concejal ultracatólico de Krasnik, Pawel Jablonsky, Ministro de Exteriores, Elzbieta Podlesna, activista condenada por pintar una virgen con un manto arcoiris, Bart Staseski, fotógrafo y activista, Kristof Bosak, líder de la formación ultraderechista “Confederación” o Maciej Stasinsky, periodista de Gazeta Wiborska.
En 'Polonia: ¿Zona libre de LGTBI?', Jon Sistiaga realiza un viaje de inmersión a un país dividido en dos zonas: por un lado la urbanita y europeísta y por otro la rural y ultracatólica, todavía anclada en los traumas de la guerra y la posguerra. ¿Polonia, es un país homófobo o tiene un gobierno homófobo? ¿Cómo permite esta situación la Unión Europea? Para intentar dar respuesta a estas preguntas, Jon Sistiaga entrevista a Jan Alninak, concejal ultracatólico de Krasnik, Pawel Jablonsky, Ministro de Exteriores, Elzbieta Podlesna, activista condenada por pintar una virgen con un manto arcoiris, Bart Staseski, fotógrafo y activista, Kristof Bosak, líder de la formación ultraderechista “Confederación” o Maciej Stasinsky, periodista de Gazeta Wiborska.
Soldier on Bridge #3
Norte de España, octubre de 1944. Varios grupos de guerrilleros, antiguos soldados republicanos exiliados en Francia tras el final de la guerra civil española, se infiltran en el país con objeto de provocar un levantamiento popular contra la dictadura del general Franco.
Director
19 personas son asesinadas al día en Honduras, el país sin guerra más violento del mundo. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito le adjudica una tasa de 80 homicidios por cada 100.000 habitantes.
Script
Su pésima reputación tiene el dudoso honor de reconocerles como los hinchas de fútbol más violentos del mundo. Son los Barras Bravas, que más allá de seguidores radicales del fútbol, se organizan como auténticas mafias. Jon Sistiaga se ha ido a Argentina para mezclarse con ellos, dentro y fuera de los partidos.
Director
Su pésima reputación tiene el dudoso honor de reconocerles como los hinchas de fútbol más violentos del mundo. Son los Barras Bravas, que más allá de seguidores radicales del fútbol, se organizan como auténticas mafias. Jon Sistiaga se ha ido a Argentina para mezclarse con ellos, dentro y fuera de los partidos.
Himself
Su pésima reputación tiene el dudoso honor de reconocerles como los hinchas de fútbol más violentos del mundo. Son los Barras Bravas, que más allá de seguidores radicales del fútbol, se organizan como auténticas mafias. Jon Sistiaga se ha ido a Argentina para mezclarse con ellos, dentro y fuera de los partidos.
Director
Presentador
Reportero
Jon Sistiaga realiza un viaje al último bastión comunista del planeta donde todavía se vive con los esquemas de la guerra fría: Corea del Norte, un lugar donde el culto al líder Kim jong Il es obligatorio y la disidencia no tiene cabida. La novena potencia nuclear alardea de su fuerza bélica, mientras la mitad de la población vive en los límites de la malnutrición. Las masas son movilizadas a diario para mantenerlas alerta ante enemigos imaginarios y se bloquean las emisoras extranjeras para que no se filtre ninguna información del exterior. Una enorme prisión de las ideas donde todo el mundo es supuestamente igual, aunque las elites del partido se muevan en Mercedes y el resto del pueblo lo haga en bicicleta.
Director
Jon Sistiaga realiza un viaje al último bastión comunista del planeta donde todavía se vive con los esquemas de la guerra fría: Corea del Norte, un lugar donde el culto al líder Kim jong Il es obligatorio y la disidencia no tiene cabida. La novena potencia nuclear alardea de su fuerza bélica, mientras la mitad de la población vive en los límites de la malnutrición. Las masas son movilizadas a diario para mantenerlas alerta ante enemigos imaginarios y se bloquean las emisoras extranjeras para que no se filtre ninguna información del exterior. Una enorme prisión de las ideas donde todo el mundo es supuestamente igual, aunque las elites del partido se muevan en Mercedes y el resto del pueblo lo haga en bicicleta.