Tato Montini, un popular presentador radiofónico muy consciente de la importancia del pene en la vida, decide donar su espectacular miembro una vez fallezca. Pero cuando llega al cielo descubre que, tanto allí como en el infierno, su órgano reproductor es bastante necesario para entretenerse por toda la eternidad.
A Justo, el cura, tras el escándalo de la primera parte, "El hijo del cura", es enviado a un pueblo montañoso y frío, nada que ver con el pueblecito costero de agradable clima donde ejercía anteriormente. Nota que la gente joven de su nueva parroquia no va a la iglesia, y al preguntar el motivo, le dicen que todos saben que tiene una hija con una feligresa de la parroquia anterior. Justo intenta deshacer el entuerto, con tan mala suerte que en su parroquia y bajo secreto de confesión le entregan un niño que complica más la situación, ya que él cree que es "su" hijo.
Lola es una joven y bella muchacha que va a tener un hijo pero que no sabe quién es el padre, por eso le dice, primero a Ataulfo y luego a Paco, que el hijo es suyo. Para no tener que casarse con Lola, uno se inventa que es un hombre casado y el otro que debe cuidar a su anciano padre. Lola les abandona indignada y acaba entrando en una secta religiosa regida por un sinvergüenza que ha prometido reconocer lo que nazca de ella. Esto hace reaccionar a Ataulfo y a Paco que deberán integrarse en la secta para rescatar a Lola y cumplir con su promesa.