Vishti
¡Una epopeya de las edades oscuras sobre la legendaria tribu perdida de mujeres guerreras! Las chicas vuelan al peligro, se enfrentan a tribus feroces, son víctimas de la brujería, ponen a un lado la rivalidad familiar de siglos pasados y luchan por la victoria.
Cuatro chicas son detenidas por distintos actos delictivos en diversos puntos de la ciudad: Alicia Gracelli (Mercedes Alonso) de 21 años de edad por el robo en una farmacia, Elizabeth Rivas (Silvia Peyrou) de 26 años por trabajar en un Club de alterne, Martha Rigal (Vicky Olivares) de 30 años por traficar con drogas y Laura Rigueira (Edda Bustamante) de 32 años quien es acusada falsamente del asesinato de su novio (Adrián "Facha" Martel) cuando la policía la descubre empuñando el arma homicida.
Las cuatro serán condenadas y llevadas a una cárcel y allí serán recibidas por las típicas celadoras que les harán la vida imposible, excepto a una de ellas a la que la jefa de celadoras (Ana María Casó) le promete salir pronto si se porta bien con ella, además de enfrentarse a Dolores (Thelma Stefani), una de las presas "líder" entre las reclusas, quien tiene un fuerte carácter y forma parte de la mafia intracarcelaria aliada al subdirector (Carlos Mena).
Buenos Aires, mid-1980s. Ledesma (Darío Grandinetti) is the driver and personal guard of "El Coronel" (Rodolfo Bebán), a mafioso with many contacts in power. He will be attracted to the beautiful woman of his boss (Katja Alemann).
An unscrupulous journalist confronts another journalist more idealistic than him.
Anella
El guerrero Deathstalker es encargado por una vieja bruja para obtener y unir los tres poderes de la creación (un cáliz, un amuleto, y una espada), debe hacerlo antes que el malvado mago Munkar, quien los utilizaría para propósitos nefastos. Después de obtener la espada, Deathstalker se une a otros viajeros para ir al gran torneo que determinará quien es el guerrero más fuerte. El falso rey tiene a la verdadera princesa en cautiverio y Deathstalker debe luchar para liberarla.
Es la historia de Leonor, una buena ama de casa que vive con su marido, Fernando, y sus dos hijos. Ama profundamente a su marido y no pone en duda la reciprocidad de su amor y su fidelidad. Un día, circunstancialmente, descubre que su marido la engaña. Leonor se siente traicionada emocionalmente y comprende que su mundo, basado en una mentira, se ha desmoronado como un castillo de naipes. Con más miedo que convicción, abandona la casa, dejando cartelitos con instrucciones precisas para su marcha y confía a sus hijos al cuidado de su marido.