Walter Thomson

Películas

Con su propia justicia
Still Photographer
Cuando un exitoso defensor público de Nueva York pierde su primer caso, un antiguo cliente lo mete en un robo de drogas en un esfuerzo por vencer al sistema roto en su propio juego.
Cuando apareciste tú
Still Photographer
Calvin es un hipocondríaco que trabaja como encargado de equipaje de un aeropuerto. Cuando conoce a Skye, una adolescente británica que padece una enfermedad terminal, su vida cambia por completo. Su nueva e impulsiva amiga le contrata para que le ayude a cumplir su lista de tareas pendientes antes de morir, una misión que le obligará a luchar contra sus peores miedos.
Asher
Still Photographer
Asher es un antiguo miembro del Mossad que se ha convertido en un asesino a sueldo, viviendo de manera austera en un Brookyn en perpetua transformación. Llegando al final de su carrera y quizá de su vida, Asher rompe una promesa que hizo de joven cuando conoce a Sophie en un trabajito que se tuerce. Para convertirse en el hombre que desea ser, no le quedará más remedio que matar al hombre que fue.
Un pequeño favor
Additional Photography
Stephanie es una joven madre videobloguera de una ciudad pequeña cuya mejor amiga, la sofisticada Emily, desaparece un día repentinamente. A Stephanie le ayudará en su búsqueda el marido de Emily, Sean.
El atraco
Still Photographer
Tres guardias de seguridad de un museo, después de treinta años en contacto con las mismas obras de arte, han desarrollado un profundo vínculo emocional con ellas. Por eso, cuando se decide trasladadas a un nuevo museo, los tres tramarán un plan para robarlas y devolverlas a su lugar original.
La conspiración
Still Photographer
En un instituto católico, una de las chicas más populares (Mischa Barton) hace equipo con un novato reportero para investigar el caso del robo de un exámen.
Luminous Motion
Still Photographer
Phillip -un niño de 10 años- y su madre viven una vida de proscritos en la carretera, siempre de un lado para otro, Mientras los otros chicos estudian de forma tradicional, el precoz Phillip no necesita ir a la escuela; el brillo de las luces de neón de los moteles es suficiente para poder leer los libros de texto de biología y física que su madre le explica, mientras ésta seduce a hombres a cambio de sus tarjetas de crédito para poder costearse su errante vida. Pero a pesar de la libertad de la que disfrutan, ambos llegan a la conclusión de que han de intentar asentarse en algún lugar para llevar un estilo de vida que permita a Phillip tener amigos e incluso un padre.