Entre 2010 y 2013 cerraron 2 hospitales psiquiátricos en México, en ambos, Liliana fue ingresada a causa de su trastorno límite de personalidad. Cuando tenía 3 años sufrió una encefalitis viral; 15 años después descubrió que algo no estaba bien en su cabeza, ella y su familia, buscaron las causas de su inestabilidad emocional y sus frecuentes hospitalizaciones por intentos suicidas. Ante la amenaza de una recaída y sin la opción de internamiento, ella y sus padres enfrentan un esquema de tratamiento en casa. La familia cuestiona la normalidad y formula preguntas; nos transporta al mundo interno de Liliana, donde sus emociones cobran forma.
