Yvette Paz Soldán

Panchito, un niño campesino, se pierde en su primer viaje a la ciudad, y termina en un orfanato. Durante la hora cívica escolar, Panchito conoce a Pedro, un niño chileno que perdió a sus padres en Antofagasta, Chile. Panchito quiere volver a su casa en el campo junto su padre. Por su parte, Pedro tiene la ilusión y el recuerdo de que el mar es la inmensa puerta azul al cielo que lo llevará junto a sus padres. Este sentimiento los une en un viaje que transcurre entre el altiplano árido y el vigoroso viento de las olas del océano. Del Altiplano al mar, un viaje de amistad entrañable. Yvette Paz Soldán nos lleva a través de su trabajo de dirección y de los escenarios que pinta con su cámara a deleitarnos del paisaje y a conmovernos con sus retratos de miradas profundas.

Costa, un descreído productor de cine, y Sebastián, joven e idealista realizador, trabajan juntos en un proyecto ambicioso que van a rodar en Bolivia. La cinta que van a filmar tratará sobre la llegada de los españoles a América poniendo el acento en la brutalidad de su empresa y en el coraje de varios miembros de la Iglesia que se enfrentaron con palabras a las espadas y las cadenas. Pero Costa y Sebastián no pueden imaginar que en Bolivia, donde han decidido instalar su Santo Domingo cinematográfico, les espera un desafío que les hará tambalearse hasta lo más profundo. Tan pronto como estalla la Guerra del Agua (abril de 2000) las convicciones de uno y el desapego del otro comienzan a resquebrajarse, obligándoles a hacer un viaje emocional en sentidos opuestos.

Después de la Revolución Cubana, el Che está a la altura de su fama y poder. Luego desaparece, resurgiendo de incógnito en Bolivia, donde organiza un pequeño grupo de camaradas cubanos y reclutas bolivianos para comenzar la gran revolución latinoamericana. A través de esta historia, llegamos a entender cómo el Che sigue siendo un símbolo del idealismo y del heroísmo que vive en los corazones de personas de todo el mundo.