Jorge Acuña
Historia
Jorge Acuña Paredes, reconocido actor peruano, mimo y narrador oral de 84 años fundó el teatro callejero en el Perú el 22 de noviembre de 1968, cuando salió a actuar por primera vez en la Plaza San Martín. Desde entonces Jorge ha actuado en distintas plazas y calles del mundo, realizando un espectáculo teatral de gran valor artístico, donde priman la imaginación poética, la fantasía así como un teatro social de gran valor humano que buscar resaltar la solidaridad y la entereza de los seres humanos.
Jorge Acuña Paredes, recientemente reconocido como Personalidad Meritoria de la Cultura por parte del Ministerio de Cultura del Perú, ha cultivado éxitos a lo largo de su trayectoria artística, brindando funciones en festivales internacionales de teatro en el extranjero. El espectáculo presentado por Jorge Acuña único en su género combina sus habilidades como narrador oral con ese arte antiguo que él cultiva conocida como la pantomima o el mimo. Este género teatral que utiliza el silencio como lenguaje, resalta por poner a la imaginación en el centro del escenario, siendo el actor con su cuerpo y sus gestos quién inventa un mundo con los mínimos elementos para que el espectador complete con sus propias proyecciones mentales las historias, invitándonos a ser cómplices y rompiendo así las fronteras de la representación.
Las historias así como la imaginación viajan y migran de boca en boca, de cuerpo en cuerpo. Las historias contadas por Jorge lo han acompañado en sus travesías y son parte de su vida. Jorge Acuña, quien radica en Estocolmo, desde hace algunos años vuelve al Perú buscando reencontrarse con ese público que lo siguió de a pie y lo reconoció como uno de los suyos. No está solo, cada vez que lo vemos en el escenario su imaginación nos hace alzar el vuelo junto a él. El teatro es comunión. La imaginación genera la comunión más poderosa, capaz de invadir las calles y las plazas, capaz de todo en su búsqueda de lograr la reflexión y el entendimiento entre los hombres. Jorge Acuña dibuja nuevamente un círculo de tiza en la acera y se pinta el rostro: La función ha empezado