Daniel
Karo, una niña de diez años, vive con sus padres en una comuna de Amsterdam durante la década de los setenta. Su existencia, marcada por el hecho de ser hija única y por vivir en aquella utopía creada por los adultos que la rodean, transcurre sin preocupaciones. Aunque conforme a los principios de aquel modo de vida todo lo que hay en la casa se comparte, pronto se hace patente que no todo el mundo está preparado para cumplir este precepto. Karo se encuentra dividida entre el amor que siente por su madre y la lealtad que les debe a su padre y a los ideales de éste.