Lucia
Vicente, que vive en Los Angeles, regresa a Chile a pasar el verano en la casa de playa de sus padres. Es un joven imprudente y algo solitario. Pero una de esas noches rutinarias de perseguir chicas y tomar copas su vida cambia para siempre; se convierte en el principal sospechoso de un atropello con huida que causa la muerte de un pescador local. "Yo no era quien conducía", dice, pero sus recuerdos son confusos. Sí recuerda estar en el coche, y que el conductor era el hijo de un poderoso político.