Durante el primer curso en el instituto, unos chicos deciden contratar a un guardaespaldas de poca monta (Owen Wilson) para que los proteja de unos matones que les están haciendo la vida imposible. Desde el primer día de clase, Ryan, Wade y Emmit se convierten en el blanco de las burlas de Filkins, el "matón" del instituto y un torturador nato. De pronto, lo que habían imaginado que podían ser los mejores años de su vida se convierten en un infierno. Es entonces cuando contratan a Drillbit Taylor (Wilson) como guardaespaldas.
Los recién casados Carl y Molly Peterson se encuentran con una inesperada visita en su perfectamente construido paraíso conyugal. Se trata de Dupree, un vividor con alma de poeta martirizado por su jefe. Cuando se coge una semana para ir como padrino de boda de Carl y Molly en Hawai, lo despiden de la empresa. Sin trabajo, sin coche, sin casa, Dupree se instala con los Peterson indefinidamente.
Dennis Buckstead tiene el llamamiento más difícil en la iglesia. No sólo ha sido invitado a entrenar a un grupo de no jugadores de baloncesto en su iglesia, sino que el obispo ha exigido que lidere al equipo para el Campeonato de Baloncesto. El asunto es que esta es la última temporada en la iglesia y el obispo Linderman sabe que su equipo perdió los ultimos 20 años y quiere ganar en esta última temporada. Lo que se suponía debia fortalecer el cuerpo, fortalecer la mente y cultivar el amor fraternal parece sacar lo peor en estos jugadores. Dennis tiene que encontrar una manera de juntar a su equipo y construir la unidad en el camino para ganar el campeonato o pasar a la historia como el peor equipo que haya jugado.
Mia (Anne Hathaway) ya está preparada para ser princesa de Genovia. Sin embargo, nada más instalarse en el Palacio Real con su bella y sabia abuela, la Reina Clarisse (Julie Andrews), se entera de que tendrá que prepararse inmediatamente para ser reina. Pero, entonces, tendrá que afrontar un peliagudo problema: en Genovia hay una ley que establece que las princesas tienen que casarse antes de ser coronadas; así que Mia tendrá que soportar un desfile de pretendientes cuya única aspiración es ocupar el trono.