Dos historias entremezcladas que suceden en el pueblo valenciano de Favara. La primera da título a la película y cuenta los avatares que le ocurren a la joven virginal Visanteta que, a partir de su interpretación de Santa Bárbara en una obra folclórico-religiosa, cuenta con una especie de fuerza sobrenatural a su favor, que consiste en una ayuda divina que surge cada vez que está a punto de ser desvirgada. La segunda muestra la relación entre un matrimonio del pueblo.
El padre Miguel, un atractivo y tímido sacerdote de treinta y seis años, atraviesa una crisis de conciencia. Además, la continua presencia en su confesionario de Irene, una joven y bella mujer casada, a la vez piadosa y apasionada, va mermando su fe y sus convicciones religiosas.