Por prescripción médica, Natalia embarca en un yate para disfrutar de unas merecidas vacaciones. Con ella viajan Carlos, su marido, Blanca, amante de Carlos, y el marido de ésta última. Las pasiones explotan a bordo.
La paralítica Alicia es enviada por su padre a una clínica extraña para ser curada y pronto comienza a sospechar que hay cosas siniestras en el piso de arriba (que el personal dice que están deshabitadas).