De regreso a casa, Jun-young contempla un accidente en la carretera. Una de las víctimas es su propia hija. A partir de aquí, la escena se le repite, como un fatídico loop, como un trauma del que no puede escapar. Con la ayuda de un paramédico que ha perdido a su mujer, Jun-young intentará salvar lo inevitable, y salir de esa funesta jornada, que se reitera como una versión perversa del día de la marmota.
Después de la muerte de su esposa, el inspector de seguros Gang-Soo (Kim Nam-Gil) cayó en un profundo estado de depresión. Al incorporarse a su trabajo, Gang-Soo toma un caso que implica Mi-So (Chun Woo-Hee) que ahora está en un estado vegetativo. Para investigar su caso, él va a verla en el hospital. Allí, conoce a una mujer que se presenta como Mi-So. Descubre que él es el único que puede verla. Mi-So se despertó después de un accidente de coche. Se ve a sí misma acostada en una cama de hospital y se da cuenta de que ahora es un espíritu. Mi-So conoce al inspector de seguros Gang-Soo y sabe que es el único que puede verla. Ella le pide que le conceda un deseo.
1925, Corea está ocupada por los japoneses. Chon Man-deok, considerado en otro tiempo el mejor cazador de tigres de Corea, vive en la montaña de Jirisan con su hija. Mientras, un militar japonés moviliza a un grupo de soldados para cazar al último gran tigre de la zona, devolviendo a su vez a Chon Man-deok a la acción.