Tras recibir un extraño mensaje en su buzón de voz, Jordan (Wiggins) regresa a casa en busca de una explicación, aunque se encuentra con un padre desaparecido y con más preguntas sin respuestas. Una fuerza demoníaca ha poseído por completo al pueblo y nadie está a salvo. El único que parece saber qué está sucediendo es el sacerdote local.
Después de una infancia problemática, Ashley busca una conexión e invita inconscientemente a una fuerza demoníaca que deja a sus seres queridos luchando por su alma.