Jean-Marie Michel

Películas

Todos vigilados: siete mil millones de sospechosos
Executive Producer
Con el pretexto de luchar contra el terrorismo o la delincuencia, las grandes potencias se han embarcado en una peligrosa carrera de tecnologías de vigilancia. Cámaras de reconocimiento facial, detectores de emociones, sistemas de calificación ciudadana, drones autónomos… Una obsesión por la seguridad que en algunos países está dando lugar a una nueva forma de régimen político: el totalitarismo numérico. La pesadilla de Orwell.
Todos vigilados: siete mil millones de sospechosos
Producer
Con el pretexto de luchar contra el terrorismo o la delincuencia, las grandes potencias se han embarcado en una peligrosa carrera de tecnologías de vigilancia. Cámaras de reconocimiento facial, detectores de emociones, sistemas de calificación ciudadana, drones autónomos… Una obsesión por la seguridad que en algunos países está dando lugar a una nueva forma de régimen político: el totalitarismo numérico. La pesadilla de Orwell.
Los estudios del terror
Writer
Cómo el Estado Islámico ha creado una poderosa fábrica de propaganda que manipula y retuerce a su conveniencia los temas e iconos de la cultura popular occidental con el propósito de atraer a la oscuridad a ciertos jóvenes y reclutarlos para lograr su terrible propósito, una industria del miedo superior a la infame maquinaria nazi y a los métodos utilizados por ambos bandos durante la Guerra Fría.
Dictator: One Crazy Job
Executive Producer
They’ve become the human face of inhuman barbarity. Leaders like Hitler, Idi Amin Dada, Stalin, Kim Jong Il, Saddam Hussein, Nicolae Ceausescu, Bokassa, Muammar Kadhafi, Khomeini, Mussolini and Franco governed their countries completely cut off from reality. These paranoid leaders were driven to abuse their power by the pathology of power itself. Dictators are driven by a relentless, thought-out determination to impose themselves as infallible, all-knowing and all-powerful beings. But they are also men ruled by their caprices, uncontrollable impulses, and reckless fits of frenzy, which paradoxically render them as human as anyone else. The abuses they committed were clearly atrocious, yet some of them were as outlandish as the characters portrayed in the film The Dictator. They sunk to depths worthy of Kafka: so incredibly absurd, they are outrageously funny.
Global Sushi : demain nos enfants mangeront des méduses
Writer
Global Sushi : demain nos enfants mangeront des méduses
Director