(as Mª José Carrasco)
Después del infierno de la guerra muchos madrileños se refugian en El Paraíso, el burdel más lujoso de la capital, que se ha mantenido en pie gracias al apoyo incondicional de los altos cargos del Gobierno. Pero cuando llega la orden de clausura del local, a la regente del burdel no le queda más remedio que pedir ayuda al obispo. Al fin y al cabo, se ha pasado más de un año viviendo en las habitaciones de El Paraíso.