Rosa, mujer casada; Ana, obrera; Menchu, una menor de familia rica. Todas ellas deciden interrumpir sus embarazos, consecuencias de dispares aventuras amorosas. Por su parte, una joven prostituta, Lola, quiere dar vida a su hijo porque, según ella, es lo único que tendrá a su lado y la defenderá cuando sea mayor.
Don Felipe es un hipócrita: en horas de trabajo es un defensor de las buenas costumbres (entendidas a su manera), mientras dirige la fábrica de su tía. Pero, en cuanto llega el fin de semana, se transforma en Don Juan y va detrás de todas las mujeres hospedadas en un lujoso hotel de la costa.
