Black Passenger
En 1964, en un pueblo sureño, donde el racismo está profundamente arraigado y el Ku Klux Klan sigue celebrando sus ritos y reuniones, tres activistas defensores de los derechos humanos desaparecen sin dejar rastro. Dos agentes del FBI, de caracteres muy diferentes, se harán cargo de la investigación. Allí chocarán con un comisario racista.
College Student
Jesse (Richard Gere), un impetuoso ladrón de coches con varios delitos a sus espaldas, se dirige a Las Vegas para encontrarse con Mónica (Valérie Kaprisky), una joven francesa estudiante de arquitectura de la que está enamorado. Accidentalmente, durante el camino, Jesse asesina a un policía, por lo que a partir de entonces ambos vivirán un tormentoso romance siempre acosados por la policía.