Operario
Barcelona, 2002. Un ataúd es conducido al cementerio de Montjuïc. El muerto es Pep Grau (Álvarez-Novoa), un viejo pescador al que han encontrado ahogado y atado a su barca por un complicado nudo marinero. La voz en off de Pep Grau, describe con afecto y sentido del humor a los curiosos personajes que conoció en vida, los momentos difíciles de su infancia durante la Guerra Civil y, por último, nos presenta a Lola (Charo López), la mujer de su vida, que tiene un puesto de pescado en el Mercado de la Boquería y que, tras la muerte de Pep, empieza a recibir regalos anónimos. A Silvia (Goya Toledo), la ambiciosa abogada de la compañía de seguros, su jefe y amante Mario (Francesc Orella) le pide que investigue las extrañas circunstancias de la muerte del pescador.
Eduard de Siscart, primogénito de una familia aristocrática, apoya la resistencia contra las fuerzas franquistas. Precisamente por ello, cuando acaba la Guerra Civil (1936-1939) se ve obligado a exiliarse. Por su parte, Conxita Yáñez, una chica de origen humilde, alcanza una buena posición gracias a su implicación en negocios fraudulentos; mantiene, además, un breve pero intenso romance con Lluís Rañé, un joven miliciano que también tiene que huir de España. Fruto de esa relación nace Flora. Conxita y Eduard se conocen en una fiesta, se enamoran y se casan, pero su matrimonio no irá bien debido a la vida clandestina que debe llevar Eduard. Harta de de esta situación, se traslada a Barcelona con sus hijos. Allí volverá a ver a Lluís, que se encuentra en la ciudad para atentar contra la vida de Franco.