Eugenio

Eugenio

Nacimiento : 1941-10-11, Barcelona, Spain

Muerte : 2001-03-11

Historia

Eugenio Jofra Bafalluy, más conocido como Eugenio. Fue un popular humorista español que se hizo famoso por sus apariciones en televisión durante las décadas de 1980 y 1990. En la década de los 80 se hizo famoso como narrador (él decía «intérprete») de chistes (tampoco le gustaba esta palabra; prefería «historias» o «cuentos»). Su humor era absurdo y parte de su efectividad residía en su semblante permanentemente serio («Sólo me río cuando cobro», solía decir), en los cambios de ritmo que imponía apoyándose en las pausas para beber y fumar o encender los cigarrillos y en que no necesitaba recurrir a ninguna imitación de voces o acentos. Actuaba siempre vestido de negro, sentado habitualmente en un taburete con una bebida (vodka con zumo de naranja o refresco de limón) y un cigarrillo (Ducados). Contaba los chistes con un fuerte acento catalán, intercalando a menudo algunas palabras y expresiones en catalán al contar los chistes en español. La frase con la que iniciaba las narraciones, «El saben aquell que diu...?» (‘¿saben aquel que dice...?’), da ejemplo de ello.

Perfil

Eugenio

Películas

Eugenio
Self (archive footage)
La muerte súbita de la mujer de su vida hizo caer a Eugenio en un pozo de oscuridad a la vez que su éxito explosionaba. Dos décadas después de su muerte, hijos, parejas y amigos dibujan el Eugenio más desconocido. ¿Qué se esconde detrás del personaje que marcó un antes y un después en el arte del monólogo humorístico en España?
Eugenio: Sus Chistes Inéditos
Himself
Los Mejores Chistes Inéditos de Eugenio
Un genio en apuros
Durán
Escritor que no publica, escultor que no expone, cineasta que no hace películas... aficionado de todo y profesional de nada, vive en una buhardilla que compendía todo su rollo. Su hija, de la que está al cuidado, ante el escándalo de sus familiares, es la única que lo comprende. Un productor cinematográfico al que bombardea con una sinopsis diaria, a cada cual más extravagante, le reprocha su fantasía y le reta a que durante 24 horas observe atentamente lo que ocurra a su alrededor, para comprobar que todo lo que sucede obedece a una lógica rigurosa.