Ricky Bobby se introduce por primera vez en los circuitos de carreras como “jackman” para el descuidado piloto Terry Cheveaux y, accidentalmente, consigue su gran oportunidad para pilotar cuando Cheveaux hace una parada no programada en una carrera para zamparse un sándwich de pollo. Ricky salta dentro del coche y... empieza la balada de Ricky Bobby.
Walker Payne vive sólo para sus hijas. Cuando la mina en la que trabaja cierra y se queda sin empleo, la única motivación para rehacer su vida son ellas. Pero su ex mujer no se lo pone fácil y, en un afán por escapar de su miserable vida, le planteará un ultimátum: o le entrega el dinero o no volverá a ver a las niñas. Walker estará dispuesto a pagar cualquier precio para no perderlas, pero el destino le juega una mala pasada...