Little Boy
Paul y su novia Katy se ven obligados a huir de la policía después de grabar desde el balcón de su apartamento una brutal paliza de varios agentes a un camello y al que finalmente lanzan al vacío. Los agentes defienden su inocencia ante sus superiores y declaran que la pareja es la responsable del homicidio y que están involucrados en un turbio asunto de drogas. Con toda la policía persiguiéndolos tendrán que aferrarse a la cinta de vídeo como única prueba para demostrar su inocencia.